Quarry es una serie de esas que uno se encuentra casi por casualidad y acaba por ser una agradable sorpresa. Las razones son estas:
La historia se sitúa en los EE.UU. después de la guerra de Vietnam. Un veterano de guerra vuelve a casa y se encuentra con un entorno hostil en el que se ve señalado y cuestionado. Sin opciones de trabajar y con un futuro incierto, un misterioso personaje le ofrece un trabajo muy particular: asesino a sueldo. A partir de ese momento, se desata el infierno en la vida del ex militar, que se verá inmerso en una espiral de violencia sin aparente final...
La historia nos sumerge en el mundo sucio y oscuro de un individuo atormentado por la guerra, sin un horizonte vital claro y rodeado de otros "outsiders" sumidos en sus respectivos viajes a ninguna parte. Todo enmarcado en el ambiente decadente de una sociedad deprimida y sin referentes en la que las múltiples violencias tienen un caldo de cultivo ideal.
Las buenas interpretaciones se suman a una gran ambientación y una narrativa ágil. Tampoco falta el humor negro (recordando a series como Fargo) y los momentos de "escape" muy bien dosificados; además de una ausencia de pretensiones superiores que siempre es de agradecer. No se busca la filigrana a la hora de contar las cosas, pero tampoco eso no quiere decir que no haya calidad a la hora de hacerlo (todo lo contrario).
En definitiva, estamos ante uno de esos títulos que merece la pena ver. Una propuesta interesante y con personalidad propia en el saturado panorama seriefilo actual.
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