Cuando te hablan tan bien de una serie y tienes las expectativas tan altas, corres el riego de llevarte u fiasco importante. Pero con Stranger Things me ha pasado todo lo contrario: me ha parecido mejor aún de lo que se comenta en los medios.
Las razones de esta buena acogida han sido varias. La primera es que Stranger no se anda por las ramas y, desde el minuto uno, ofrece grandes dosis acción y tensión. Desde el primer episodio pasan cosas (y cosas importantes) y es muy de agradecer en un panorama en el que muchas producciones prometen mucho y apenas cuentan nada.
En segundo lugar tenemos el atractivo del "remember" ochentero, aspecto que para gente de mi edad es un plus. No soy muy fan de la nostalgia, pero cuando los homenajes están hechos con gusto y buen rollo, son de lo más agradables. En este caso, además, no estamos ente una serie homenaje sin más, si no un producto que quiere cotar algo más y tener su propia identidad.
El tercer punto fuerte es el tono adulto de la historia. Lejos de estar ante un "cuento" sobrenatural para niños y niñas, se nos presenta una historia con matices, con momentos dramáticos y sus toques violentos. También hay un tratamiento de las situaciones infantiles (sobre todo del pasado de 11) que resulta bastante crudo y maduro. Los chavales no sólo no resultan repelentes si no que son adoorables y divertidos.
Si a todo lo anterior le añades unas actuaciones notables, y una ambientación muy currada y tienes un resultado fresco, entretenido y diferente. Sólo queda por saber si las tramas estarán a la altura hasta el final y tendrán la consistencia suficiente para soportar el paso de los capítulos y la enorme apuesta que, desde el principio, hacen los guionistas.
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