domingo, 19 de abril de 2020

SOLO ANTE... "CARTA AL REY"

Volvemos a la carga con otra serie de marras. Esta vez hablamos de "Carta al Rey", producto del género épico que tiene su puntillo:

Trama

"Carta al Rey" cuenta las aventuras de Tiuri, un joven cuyo mayor sueño es ser caballero. Su padrastro es un reputado noble con pasado heroico que quiere que su protegido siga sus pasos. El problema es que el muchacho no destaca por sus habilidades guerreras, algo que lastrará sus sueños y deseos de futuro. 

Sin embargo, el destino de Tiuri cambiará cuando se tope con un caballero moribundo que le hará entrega de una carta para el Rey de Unauwen, cuyo hijo ha conquistado varios reinos vecinos con una violencia inusitada. Esa misiva contiene un secreto que puede cambiar el destino del reino...

Valoración

Esta serie holandesa me sorprendió desde los inicios, a pesar de ser un producto destinado claramente a un público juvenil. Este hecho me echaba para atrás pero al empezar a verla empecé descubrí aspectos interesantes, como una producción bastante aseada, buen reparto, personajes con carisma, etc. 

El universo que presenta la serie, así como la historia que nos cuenta, no se aleja un ápice de los tópicos del género: tenemos un joven "elegido", una profecía, un villano malvado y poderoso, etc.  todos elementos muy reconocibles del género de la fantasía épica "de toda la vida". Dicho esto no busquéis nada rompedor porque no lo vais a encontrar en este caso...


La historia que nos cuenta "Carta al Rey", tampoco se sale de los tópicos del género. Se explora el paso de la juventud a la madurez de un joven cuyo destino es llegar a ser alguien importante. En esas tendrá que pasar por varias pruebas al uso para llegar a cumplir su destino... Otra historia de un "elegido" con un trasfondo de iniciación y crecimiento personal.

Se puede destacar el giro que ocurre en los últimos capítulos, en los que se hace una suerte de vuelta de tuerca al género que sí resulta novedoso. Es una pena que ese giro llegue algo tarde y en unos últimos pasos que provocan un final algo precipitado.

Lo realmente diferente en la serie son los personajes, que resultan bastante simpáticos y accesibles. El grupito de mozos y mozas que acompañan a Tiuri son divertidos y bastante humanos, formando un entrañable grupo de aventureros que caen bien desde el minuto uno y cuyas andanzas tienen un "puntillo" canalla (siempre dentro del tono ligero de la serie.)

La producción de la serie es bastante aseada. Los escenarios, los paisajes, etc. destacan por su afán visual de resultar agradables y sugerentes, algo que consiguen con cierta soltura. 

En definitiva, "Carta al Rey" me ha dejado un buen sabor de boca, siendo su sencillez y sus protagonistas sus mejores cartas de presentación. Quizás le falte algún capitulo más, ya que el final resulta algo precipitado y "soso". Por lo demás, un cuento bien narrado y divertido que podría haber sido algo más si hubiera tenido un tono algo más adulto y una historia con más "chicha". 




SOLO ANTE... "LA CASA DE PAPEL"

Hay muchas series que acaban muriendo de éxito. Son aquellas que repiten sin cesar la receta inicial que les llevó a la cima hasta que las audiencias se cansan de la fórmula y dejan de seguirlas. Pues bien, "La Casa de Papel" tiene todas la papeletas para entrar de lleno en la categoría que he mencionado: 

No cabe duda de que La Casa tiene virtudes para estar donde está. Son esas cualidades las que mantienen a esta producción dentro de los limites de lo soportable, escondiendo de paso las carencias de unas tramas que apenas se sostienen y que comienzan a mostrar demasiadas carencias y falta de ideas. El modelo no está agotado del todo pero empieza a agotarse a ojos vista. 

Concretando un poco más diré que la última entrega de La Casa es un "más de lo mismo" sin ningún tipo de disimulo. Es más, los creadores de la serie no han tenido problema en copiar el argumento de la primera parte de la serie para hacer un refrito más espectacular y grandioso. Un espectáculo de fuegos artificiales que sigue exprimiendo los frutos del éxito sin rubor.

En este caso el plan alocado del atraco nos va regalando giro imposible tras giro imposible, trufando la narración con flashbacks cuya única función es la de recuperar a Berlín como personaje fetiche. Es un personaje tan bueno que no podían dejarlo en el olvido (dejando de lado que Palermo -el nuevo Berlín- no tiene el mismo carisma) y se asume la necesidad de seguir estirando el chicle de su presencia.

Las situaciones actuales recuerdan poderosamente al pasado, cambiando algunas caras y detalles, pero siempre dentro de los terrenos conocidos y explorados de sobra. El asunto escama pero hay que reconocer que hay algo en esta serie que tiene pegada, que logra maquillar sus lacras... son sus personajes, el sentido del humor... una forma de narrar que consigue que te olvides de los evientes errores y excesos... 

Hablando de una serie que se sostiene básicamente sobre los personajes, los únicos que no me resultan ya algo cansinos son Nairobi, con una Alba Flores que se come a todos los demás con patatas, Berlín (por supuesto) y el gran Helsinki. Los demás empiezan a hacerse cargantes y carentes de la gracia de los inicios. Y lo más grave es que el trasfondo psicologico que se pretende explorar en ellos resulta fallido, forzando situaciones para rascar algo de donde realmente no hay. 

Hay algunos personajes nuevos que mejoran el nivel. Yo destacaría el papel de Fernando Cayo como el Coronel Tamayo, quizás lo mejor de esta tanda de episodios. Tampoco está mal Najwa Nimri como Alicia Sierra, aunque en este caso su personaje es demasiado exagerado para mis gusto.

Resumen: no cabe duda que la serie ha perdido ya el factor sorpresa de sus comienzos. Los personajes y ano suenan tan frescos y las situaciones se repiten. Los golpes de efecto ya no cuelan tanto y ya comienzan a haber un tufillo a ya visto que es muy peligroso. Puede que me equivoque pero no le veo buen futuro a La Casa de Papel. Ojalá sus creadores sepan retirarse a tiempo y darle un final digno, que bien se lo merece. 





domingo, 5 de abril de 2020

SOLO ANTE... "TORPEDO 1936" (PARTE 2 Y FINAL BY RODRIGO REGLERO)

Para terminar con mi repaso de Torpedo 1936 os dejo la aportación de Rodri, un colega de podcast y cervezas que nos escribe unas líneas de nuestro simpar Luca Torelli: 

Torpedo 1936, alma de Enrique Sánchez Abulí y Enrique Bernet, es alma de nuestro cómic por antonomasia. Es díficil no dejarse atrapar por el guión, los dibujos y el gran personaje que crearon estos dos grandes fenómenos. 

Luca Torelli es el mayor cabrón que he conocido en mi vida. Es malo, despreciable, un asesino sin escrúpulos... Sin embargo, es uno de mis personajes favoritos. Y es uno de mis personajes favoritos porque no engaña a nadie. Es como es, y con eso basta. Un tipo duro en tiempos muy duros y en una ciudad que aprieta el gatillo si tú no lo haces antes. 



Las historias del bueno de Luca están impregnadas de ese buen cine negro de Hollywood y están a la altura de las mejores novelas del género. El olor de ese Nueva York indeseable llega a tus cinco sentidos a través de los trazos y las frases de esos dialogos punzantes. 

Me juego el cuello a que Frak Miller leía Topedo mientras cagaba, mucho antes de crear su ciudad del pecado... Una maravilla que no te puedes perder. 

Gracias compañero Rodri. Suerte en el camino y nunca te cruces con Luca Torelli (o sí). 


jueves, 2 de abril de 2020

SOLO ANTE... "TORPEDO 1936" (PARTE 1)

Torpedo 1936 es un cómic que marca. Se trata de unos de esos tebeos que entran dentro de la categoría de obra maestra, un club muy selecto en el que muy pocos entran. Y lo ha hecho por razones que más que de sobra y que paso a enumerar: 

Torpedo 1936 es un cómic 100% género negro que narra la vida de un personaje de los bajos fondos que se gana la vida como asesino a sueldo. Su nombre es Luca Torelli, un tipo absolutamente amoral y sin principios cuyo único dogma de fe es el dinero. Un personaje sin dobleces que rompe con tópicos de todo tipo y que no admite claroscuros: es un hijo de puta integral.

Estamos ante un estilo de personaje alejado de todo adorno y que no necesita justificar sus actos para presentarlos ante el mundo. No es la maldad lo que define al asesino, es la falta total de códigos éticos en un entorno en el que sobrevivir es lo único que cuenta y en el que la única norma es la que marca la fuerza bruta.

Torelli es hijo de un tiempo turbulento de la historia de los USA. Hablamos de los años 30, década en la que se inicia la historia de la Cosa Nostra como elemento criminal y un momento en el que la Gran Depresión hace estragos en un país devastado y con una grave crisis de valores. Es un animal de la calle que vive mostrando los dientes en un contexto en el que la debilidad es un lujo que casi nadie se puede permitir.

Las aventuras de Torpedo son tan sencillas como brillantes. Apenas existe continuidad entra ellas y se centran en las escenas de la vida criminal cotidiana por las que desfilan personajes de la peor estofa, retratados con una maestría brutal. La humanidad que transmiten es abrumadora, dejando la sensación de que los autores han sabido captar al 100% la esencia de una época y un mundo en el que la Ley era poco más que papel mojado. 

Las historias de Enrique Sánchez Abulí están marcados por su crudeza y su inmediatez, sin obviar un sentido del humor que es una de las señas de identidad de la obra (y de la personalidad del protagonista). Porque Torelli tiene un sentido del humor cargado de una sorna y nihilismo muy finos, algo que hace que sus andanzas tengan siempre un ramalazo tragicomico genial.

Por último queda hablar del dibujo de Jordi Bernet, un veterano artista que en este trabajo dejó las que posiblemente son sus mejores páginas de siempre. Su trazo fue mejorando con el tiempo hasta llegar a cotas de calidad muy altas, además de dar lección tras lección de cómo se narra una historia en el arte secuencial.

Es una pena que Torpedo 1936 terminara hace 20 años, aunque ya se sabe que los mitos se hacen más grandes cuando mueren jóvenes. Podríamos haber disfrutado de sus aventuras más tiempo pero quizás el recuerdo no sería el mismo... Torpedo quedó congelado en el tiempo sin perder la frescura y ni un sólo ápice de modernidad.

Poco más que decir de un tebeo que pasa por ser una obra maestra sin ningún "pero". Un cómic de género negro que sentó cátedra y que sigue plenamente vigente hoy en día. Siempre, Luca Torelli.

(En la siguiente entrega os dejaré la aportación de un tipo amigable y genial: Rodrigo Reglero nos dejará su impresión sobre Luca Torelli, nuestro bastardo preferido.)