jueves, 2 de abril de 2020

SOLO ANTE... "TORPEDO 1936" (PARTE 1)

Torpedo 1936 es un cómic que marca. Se trata de unos de esos tebeos que entran dentro de la categoría de obra maestra, un club muy selecto en el que muy pocos entran. Y lo ha hecho por razones que más que de sobra y que paso a enumerar: 

Torpedo 1936 es un cómic 100% género negro que narra la vida de un personaje de los bajos fondos que se gana la vida como asesino a sueldo. Su nombre es Luca Torelli, un tipo absolutamente amoral y sin principios cuyo único dogma de fe es el dinero. Un personaje sin dobleces que rompe con tópicos de todo tipo y que no admite claroscuros: es un hijo de puta integral.

Estamos ante un estilo de personaje alejado de todo adorno y que no necesita justificar sus actos para presentarlos ante el mundo. No es la maldad lo que define al asesino, es la falta total de códigos éticos en un entorno en el que sobrevivir es lo único que cuenta y en el que la única norma es la que marca la fuerza bruta.

Torelli es hijo de un tiempo turbulento de la historia de los USA. Hablamos de los años 30, década en la que se inicia la historia de la Cosa Nostra como elemento criminal y un momento en el que la Gran Depresión hace estragos en un país devastado y con una grave crisis de valores. Es un animal de la calle que vive mostrando los dientes en un contexto en el que la debilidad es un lujo que casi nadie se puede permitir.

Las aventuras de Torpedo son tan sencillas como brillantes. Apenas existe continuidad entra ellas y se centran en las escenas de la vida criminal cotidiana por las que desfilan personajes de la peor estofa, retratados con una maestría brutal. La humanidad que transmiten es abrumadora, dejando la sensación de que los autores han sabido captar al 100% la esencia de una época y un mundo en el que la Ley era poco más que papel mojado. 

Las historias de Enrique Sánchez Abulí están marcados por su crudeza y su inmediatez, sin obviar un sentido del humor que es una de las señas de identidad de la obra (y de la personalidad del protagonista). Porque Torelli tiene un sentido del humor cargado de una sorna y nihilismo muy finos, algo que hace que sus andanzas tengan siempre un ramalazo tragicomico genial.

Por último queda hablar del dibujo de Jordi Bernet, un veterano artista que en este trabajo dejó las que posiblemente son sus mejores páginas de siempre. Su trazo fue mejorando con el tiempo hasta llegar a cotas de calidad muy altas, además de dar lección tras lección de cómo se narra una historia en el arte secuencial.

Es una pena que Torpedo 1936 terminara hace 20 años, aunque ya se sabe que los mitos se hacen más grandes cuando mueren jóvenes. Podríamos haber disfrutado de sus aventuras más tiempo pero quizás el recuerdo no sería el mismo... Torpedo quedó congelado en el tiempo sin perder la frescura y ni un sólo ápice de modernidad.

Poco más que decir de un tebeo que pasa por ser una obra maestra sin ningún "pero". Un cómic de género negro que sentó cátedra y que sigue plenamente vigente hoy en día. Siempre, Luca Torelli.

(En la siguiente entrega os dejaré la aportación de un tipo amigable y genial: Rodrigo Reglero nos dejará su impresión sobre Luca Torelli, nuestro bastardo preferido.)


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