Vamos ahora con una breve reseña de la primera temporada de Fariña, una de las series españolas de nuevo cuño y que más me ha llamado la atención:
La primera temporada de esta producción patria tiene dos grandes virtudes que la hacen bastante recomendable: la primera es que no se anda por las ramas y van directa al grano, sin apenas dar un respiro al espectador. De esta forma en los primeros episodios se narran varios años de correrías de los "narcos" gallegos que protagonizan la serie y a los que vemos pasar de "humildes" contrabandistas de tabaco a grandes traficantes de droga.
La segunda virtud es que no tiene mayores pretensiones que las que se ven a simple vista, siendo un producto de entretenimiento bastante "ligero" y dinámico que, además de narrar una historia, intenta ofrecer una visión lo más realista y cuidada posible de una época convulsa de le Historia del país. Esto siempre es de agradecer cuando se aborda un producto de estas características.
Hasta ahí los méritos de la serie, que también tiene sus "peros":
Fariña es una serie que tiene el interés digamos "limitado", centrado en personajes con cierto atractivo (unos más que otros) pero que a mucha gente (sobre todo a los más jóvenes) les pillará un poco lejana. Es decir, si uno es entusiasta de la historia de Galicia y del momento en el que se narran los hechos, disfrutará mucho más de el espectador "medio", al que quizás la trama en general y todo lo que pasa les parezca algo muy localista.
Otro problema es que algunos personajes resultan bastante cómicos o estereotipados, siendo bastante poco creíbles. Otros, sin embargo, sí aportan fuerza y carisma como para querer saber más de ellos (caso de Sito Miñanco o el sargento Castro-Tristán Ulloa), siendo estos últimos los más interesantes y atractivos.
Globalmente, Fariña es un producto aseado y entretenido. Tiene un buen grupo de actores (entre los que destaca claramente Javier Rey como Sito Miñanco), una aceptable recreación de los años 80, buen ritmo y una historia entretenida por contar. Una serie distinta para echarle, como mínimo, un vistazo.
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