La acción de The Following se centra en un ex-policía del FBI (alcohólico) que debe detener la enrevesada trama criminal orquestada por un asesino en serie al que detuvo hace años y que, una vez en la cárcel, "reclutó" a una hueste de lunáticos para que se vengaran de todos aquellos que le habían perjudicado cuando estaba en la calle.
Como podéis comprobar, el argumento de la serie no resulta, a priori, demasiado original... No son pocos los títulos centrados en las historias de psicópatas que han visto la luz en las últimas dos décadas, unos con más acierto que otros pero sin llegar ninguno a destacar realmente sobre el resto. Todos han seguido unas premisas bastante parecidas y predecibles, siendo, muchos de ellos, meros entretenimientos de cara a un público poco exigente.
En el caso que nos ocupa no hay una ruptura clara con los tópicos del género. El asesino-en-serie- carismático es sobre-explotado sin demasiado sentido en los primeros capítulos y el policía atormentando recuerda demasiado a otros muchos que ya hemos visto en el cine y en la TV. Los "sustos" y los giros del inicio de la trama se vuelven algo repetitivos y pronto se agotan los argumentos y el factor sorpresa, quedando como principal reclamo el buen hacer de los protagonistas (Kevin Bacon es Kevin Bacon) y la buena factura, en general, de la producción.
En resumen: The Following es una serie sin pretensiones que busca el entretenimiento del personal sin complicarse demasiado la vida. Su gran virtud es esa, pero que nadie espere algo nuevo ni rompedor porque no lo encontrará.
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