jueves, 22 de marzo de 2018

SOLO ANTE... "FARIÑA" (primeros episodios)

Sin ser muy fan de las series españolas (sin generalizar), tengo que decir que Fariña me ha sorprendido bastante: 

Fariña se sube al carro de la moda del que podríamos llamar al "género narco", muy pujante en estos tiempos (aunque el fenómeno no es nuevo). El éxito de Narcos ha propiciado que proliferen las producciones que "imitan" su temática y estilo, siendo esta de la que hablamos una de ellas. La clave es si estamos ante una mera copia a la española o es algo más...

Uno de los atractivos de este título es su afán por mostrar con fidelidad una época bastante compleja de la Historia de nuestro país: los años 80. Se trata una década que ha vuelto con fuerza por diferentes razones, aprovechando un elemento nostalgia que nunca parece perder fuerza. En ese sentido, el azote de la droga (concretamente de la heroína) fue un fenómeno característico de aquellos tiempos, quedando grabado a sangre y fuego en la conciencia colectiva del país. 

La España de Fariña era absolutamente diferente a la actual. El contraste es brutal, por lo que la forma de hacer las cosas -el Estado de cosas en general- "suena" a estar en otro planeta. En esas, Fariña se adentra en un los recovecos más oscuros del mundo del narcotráfico y la política, que en aquel momento tenían unos lazos más que peligrosos. 

Pero además de ser el reflejo de un pasado que aun queda muy cercano, esta serie tiene ingredientes que la hacen bastante entretenida y digna de ver: un buen reparto (con alguna cara conocida pero sin estrellas de relumbrón), una notable recreación de la época, proliferación de escenas en exteriores, buenas escenas de acción, etc. y como telón de fondo esa gran desconocida que es Galicia, una tierra ancestral y bella como pocas. 

Más allá de lo anterior, que ya es mucho, la gran cualidad de esta producción es que no aspira a ser una nueva Narcos ni hace gala de una pretensiones superiores. Se trata de revivir una etapa de España de forma realista y entretenida, apostando por la historia en sí y sin adornos innecesarios. 

Obviamente Sito Miñanco no es Pablo Escobar, algo que los creadores de la serie saben perfectamente. No se puede comparar a ambos personajes, pero, en su media, ambos fueron la consecuencia de una época, de un momento en el que las cosas no eran como son ahora y en el que la pobreza llevaba a muchas personas a buscarse la vida como podían. Eso llevó a muchos chavales de barrio, a pobres diablos, a alcanzar cotas de poder que hoy en día son inconcedibles. 

Por todo lo anterior, Fariña es una serie a tener en cuenta. Está bien hecha, es fresca y tiene personalidad. De momento se han estrenado 3 episodios y es de esperar 

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