domingo, 29 de abril de 2018

SOLO ANTE... EL FRACASO DE DC vs EL ÉXITO DE MARVEL EN EL CINE (I)

Marvel y DC son las dos grandes editoriales de cómics de superhéroes del mundo. Dos monstruos comerciales que mantienen un duelo de "prestigio" desde hace décadas. Ese enfrentamiento se ha trasladado en nuestros días a la gran pantalla, en la que se ha dado un resultado incuestionable: Marvel ha arrasado a su competidora sin ningún atisbo de duda. 

Pero hay que ir primero al pasado para entender un poco el presente: las primeras grandes películas de superhéroes que triunfaron en taquilla fueron, sin lugar a dudas, Superman y Batman. La primera en los 70 y la segunda (la famosa versión de Tim Burton) en los años 90  dieron una ventaja importante a DC frente a "enemiga" editorial. Los dos personajes, los iconos de la casa, otorgaron a su empresa una victoria incial cuando el cine de "supers" estaba aún en pañales. Sin embargo eran otros tiempos y ese pequeño-gran triunfo no duró demasiado.



Hasta los años 2000 Marvel no había apostado realmente por superproducciones de Hollywood con sus personajes emblemáticos, pero todo cambiaría con el inicio del nuevo milenio, momento en que se produce una verdadera revolución en La Casa de las Ideas.

Fueron las sagas Iron Man y X Men las que, con su enorme éxito, llevaron a Marvel a otra dimensión. Las películas dieron un empuje definitivo a la empresa, que inició un dominio casi definitivo en el panorama cinematográfico de los cómics de superhéroes, dominio que dura hasta nuestros días. 

Iron Man fue todo un acierto que ha marcado de forma decisiva todas las demás películas del "Universo Vengadores". Podemos decir que es el verdadero inicio de la gran saga de películas perfectamente "diseñadas" por la franquicia del cine Marvel. Una macro-saga de casi 20 pelis interconectadas entre sí con una envidiable coherencia interna (con sus peros, por supuesto).

Los 3 filmes del Hombre de Hierro son de lo mejorcito que se ha hecho en materia de superhombres en el cine. No sólo es su espectacularidad, si no otros elementos que fueron y son diferenciales: el sentido del humor (básico) y su excelente equilibrio entre los cómics y la "modernidad" del cine. Es decir, consiguieron encontrar el punto intermedio casi perfecto entre las mallas de colorines de los tebeos y el realismo que hiciera llegar a los personajes a la gente de la calle, a los no-fans del papel impreso. 

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