Todas las despedidas suelen ser tristes, y este caso no es distinto. Se acaba una de las series que más me ha gustado en los últimos tiempos, la buena de Hell On Wheels...
Han sido 5 temporadas de andadura en los que hemos podido disfrutar de las andanzas del poco afortunado y atormentado Cullen Bohannon. Han sido 5 entregas marcadas por dos los que han sido las dos señas de identidad de la serie: la sencillez y la acción. La primera se ha traducido en unas tramas sin demasiados recovecos; la segunda en una narrativa ágil y dinámica, en una línea siempre fresca. .
Además de lo anterior, una de las grandes bazas de Hell han sido sus buenos personajes: desde el Noruego (excelente villano) hasta el propio Bohannon (arquetipo del héroe moderno con algunos matices), ha habido un elenco de tipos y tipas con el carisma suficiente para atrapar al espectador durante un buen tiempo y dejar huella en el personal. Renegados, putas, ladrones, etc. Un variopinto crisol de perdedores que han dejado parte de sus vidas en el ferrocarril.
La impronta coral de la serie ha supuesto uno de sus aciertos, siendo el tren y su construcción la verdadera clave de la historia. Una aventura en la que los personajes iban y venían tratando distintos temas de forma siempre tangencial, como eran la religión, el racismo, el amor, la ambición, etc.
La impronta coral de la serie ha supuesto uno de sus aciertos, siendo el tren y su construcción la verdadera clave de la historia. Una aventura en la que los personajes iban y venían tratando distintos temas de forma siempre tangencial, como eran la religión, el racismo, el amor, la ambición, etc.
En todo lo demás, Hell ha pretendido ser un "fresco" del Oeste americano -sobre todo en el mundo del ferrocarril- con sus tópicos pero sin abusar de la leyenda. Un retrato de una época que ha dado para mucho, tanto en el cine como en la TV.
Lo peor que se puede decir de esta producción es que lo que pudo haber sido y no fue. En su "simpleza" ha faltado un poco más de riesgo y de ir un poco más allá. Ese pequeño espacio que hay entre una serie interesante y pasable a un producto de culto. Y ese salto, nunca se dio. Una lástima.
Lo dicho: 5 años de aventuras y desventuras con un final a la altura de lo que fue la serie (coqueto sin más). Yo echaré de menos Hell on Wheels y su particular Universo. Hasta otra.
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