Vuelve la serie de moda por excelencia: The Walking Dead. Y lo hace por todo lo alto, con un episodio de esos que te reconcilia con este título que tantos buenos momentos nos ha dado en los últimos años.
Y es que hablamos de una serie que ha pasado por muchos altibajos, aunque ha sabido mantener el nivel durante los últimos años. La base del éxito ha sido contar con un gran reparto, renovar el interés con cambios en el mismo a lo largo de las temporadas y saber gestionar muy bien la tensión y los momentos dramáticos.
En la esperadísima vuelta de Rick y sus compañeros de fatigas, los guionistas de TWD nos regalan un episodio que nos deja sin aliento, con un ritmo apabullante y un grado de dramatismo sobrecogedor. Uno de los capítulos más oscuros de la andadura de esta "entrañable" producción.
Además, tenemos un villano a la altura de la saga: Negan. Un tipo realmente desquiciado y sin ningún escrúpulo que amenaza con dar mucha guerra a nuestros supervivientes. El actor que le da vida siempre me ha gustado bastante (fue el Comediante de la película Watchmen) y me parece todo un acierto de casting. Una buena incorporación.
Un inicio de entrega brillante, como un flash que va directamente a la línea de flotación de los seguidores más fieles de la serie y que pretende remover el cotarro de una trama que se estaba "acomodando", aunque siempre dentro de los límites de una historia línea "marca de la casa" en la que los guionistas no quieren salirse (por eso de no tocar demasiado lo que funciona).
Así ya está aquí la nueva andanada de una de las producciones "top" de la última década. Un inicio inmejorable que abre la veda a una nueva temporada que promete muy mucho.
Además, tenemos un villano a la altura de la saga: Negan. Un tipo realmente desquiciado y sin ningún escrúpulo que amenaza con dar mucha guerra a nuestros supervivientes. El actor que le da vida siempre me ha gustado bastante (fue el Comediante de la película Watchmen) y me parece todo un acierto de casting. Una buena incorporación.
Un inicio de entrega brillante, como un flash que va directamente a la línea de flotación de los seguidores más fieles de la serie y que pretende remover el cotarro de una trama que se estaba "acomodando", aunque siempre dentro de los límites de una historia línea "marca de la casa" en la que los guionistas no quieren salirse (por eso de no tocar demasiado lo que funciona).
Así ya está aquí la nueva andanada de una de las producciones "top" de la última década. Un inicio inmejorable que abre la veda a una nueva temporada que promete muy mucho.
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