Tantos eran los elogios a esta serie que no podía dejar de darle una oportunidad. No es que la idea de verla me atrajera demasiado pero tenía que comprobar por mí mismo si todo lo que se dice de era para tanto...
Lo mejor de El Ministerio del Tiempo es que no pretende engañar a nadie. No busca ser una obra maestra de la TV no sentar cátedra en este medio. Tampoco quiere abrumar con unos guiones enrevesados o tramas imposibles que deslumbren al espectador... ni siquiera presenta personajes complejos, con aristas mil, etc. "Pasa" de todo eso de forma palpable y es ahí dónde radica parte de su éxito.
Partiendo de esta idea (no queremos inventar nada, porque todo está inventado), los creadores del Ministerio nos "regalan" una serie de historias sencillas y muy ligeras con un toque surrealista en las que se juega de forma inofensiva con la Historia de España y algunos de sus episodios más sonados. Las "misiones" planteadas, unas más imaginativas que otras, son el escaparate ideal para dejar volar nuestra imaginación y plantear pequeñas aventuras a través del tiempo.
Los personajes protagonistas son muy reconocibles y caen bastante bien desde el primer momento. No resultan cargantes y sus pequeños dilemas morales y su pasado juegan un papel importante en el desarrollo de la serie.
Las faltas de consistencia de algunas escenas y propuestas de la serie (como el hecho mismo de que un ministerio tan importante tenga tan escaso presupuesto) no impiden que se pueda disfrutar del espectáculo, muy de andar por casa pero muy "apañao" también. Un pasatiempo agradable e inofensivo que podría dar más de sí (veremos en futuro).
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