The Knick parece haber llegado a su final. Al menos eso parece tras esta contundente segunda temporada, en la que apenas queda títere con cabeza. Y es que si la primera sesión ofrecía una visión oscura del ser humano, esta no se queda corta (para nada...).
Las adicciones del Dr. Thakery sguen controlando su vida, marcada por un pasado tenebroso que le impide salir del pozo. En su huida hacia adelante lo único que le motiva es su trabajo como médico, que le une al mundo real de forma muy precaria. A su alrededor pululan personajes que, al igual que él mismo, arrastran miserias a cual más inconfesable y que buscan su particular redención.
El "mundillo" de The Knick es tétrico y desesperanzador a más no poder, ofreciendo una amplia gama de individuos/as marcados por la tragedia, la traición y el desamor. No es una serie apta para los optimistas de corazón y puede repeler en determinados momentos, aunque eso no impide reconocer el excelente trabajo de sus creadores, que han parido un produto de muy alta calidad y pulcritud.
Es una lástima que nos deje esta serie (si se confirma), porque era de lo mejorcito del momento. Tendremos que recrearnos en el recuerdo de una gran producción que ha dejado episodios memorables. TV de alta escuela.
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