Con un titulo como Black Sails uno no puede hacer más que rendirse ante la evidencia: cuando detrás del producto hay ilusión, buenos mimbres (empezando por una historia potente) y trabajo a destajo, sólo puede salir un pepino de serie, con todas las letras y sin paliativos...
Si las dos primeras temporadas ya habían dejado bien el alto el pabellón, la 3ª no le va a la zaga. La guerra Nassau-Imperio ingles empieza a tomar tintes dramáticos, con los bandos cada día más claros y una progresión -tan lógica como bien contada- en la escalada entre los contendientes.
Flint y sus huestes buscan aliados para liberar "su" isla de los ingleses, mientras que el Imperio encuentra el la "niña" Gurthie una inesperada aliado. Las traiciones y "contra-traiciones" y los juegos de poder siguen en todo lo alto, con una sucesión de giros argumentales muy acertados y sorprendentes.
El pulso argumental y el ritmo de la serie siguen siento brutales. La temporada comienza con una fuerza tremenda, pasando a una calma chica en los capítulos centrales y finalizando por todo lo alto, como suele ser habitual. Más madera para calentar una 4ª entrega que promete ser tremenda.
Los personajes siguen siendo una de los pilares de BS. Tienen un carisma brutal y consiguen que caigamos rendidos ante ellos de forma irremediable. Sus motivaciones sustentan el espiritu de la historia, estando en el trasfondo de todas las decisiones que toman a lo largo de los diferentes episodios.
Destaca, a ojos vista, el crecimiento de Silver como "contrapartida" de Flint, al que empieza a comer el terreno de forma evidente. Se trata del desarrollo lógico de la historia (no olvidemos que es un "remake" de La Isla del tesoro), no por ello menos interesante e intenso.
La única pega que se le puede poner son los diálogos, que en ocasiones resultan demasiado recargados y discursivos. Todo lo demás forma parte ya de una producción de lujo que ya merece un hueco en el corazón de millones de fans de todo el mundo.
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