jueves, 9 de noviembre de 2017

SOLO ANTE... "EL SECRETO DE MARROWBONE"

Suelo tener cuidadito cuando voy al cine ultimamente... El panorama cinematográfico no está para tirar cohetes, pero en este caso me arriesgué con una de "miedo" que viene con un aparataje de marketing bastante importante...

El secreto de Marrowbone no esconde en ningún momento las fuentes de las que bebe. Salta a la vista cuales son sus referencias y eso, al menos, nos pone sobre aviso acerca de lo que vamos a ver en la gran pantalla: terror de gran consumo con sustos, fantasmas, niños "perdidos", casa encantada, etc. 

Lo bueno de ir así de avisados al cine es que es complicado llevarte un gran fiasco. Sabes perfectamente lo que hay y en ese sentido esta peli no defrauda en absoluto: ofrece lo que promete y nadie podrá decir que no sabía lo que había. Luego llega la parte complicada: que el producto final sea algo más y aporte toques que marquen la diferencia. 

En esas, El Secreto es algo más que un refrito más o menos logrado de filmes anteriores del mismo ramo. Lo es porque tiene ingredientes de calidad para dejar una buen sabor de boca. A saber: un reparto estupendo, buen ritmo narrativo, bellos escenarios y, ante todo, buen sentido del gusto para no caer en la mediocridad, los clichés facilones, la ñoñería, etc.


Lejos de renegar de sus referentes más claros, la película no pretende inventar nada, si no contar las cosas con gusto y sensibilidad. También destacaría su clara intención de huir del terror más "clásico", acudiendo a lugares más cercanos al drama y al "cuento" familiar (logrando, por cierto, un buen equilibrio entre ambos), con toques de thriller. Un buen camino para conseguir su objetivo.

Buena parte del peso del film recae en un reparto de "niños" que lo hacen mejor que bien. El grupo de chavales crea entre sí una complicidad que hace que muy pronto te encariñes con ellos. Son, sin duda, el punto más sólido del film.

Así que puedo decir que el Secreto de Marrowbone me ha parecido una peli currada y con detalles para ser recordada. Sin efectismos, sin muchos alardes pero con sentido del gusto, que es algo que se ve muy poco en estos días en el mundo del cine. Una película hecha desde el cariño y en la que se nota el compromiso de sus creadores con lo que estaban haciendo. Merece la pena pagar por verla. 





 










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